Todo pasa

Hoy ella se enfadó,
cuando sin querer,
mi mente habló.

Era un momento,
donde el silencio
tuvo el poder,
pero por tonto,
hablé sin querer.

Mil perdones,
Mil razones,
tuve que dar,
pero no funcionó,
ya que lo que,
lo que ella quería,
no era un perdón,
no era un lo siento,
era ver si mi amor
seguía dispuesto
a luchar una vez más
por conquistar
una bella dama.

Como toda historia,
y más de amor,
ella claramente
me perdonó
a sabiendas
que un “te quiero”
no vale nada
si tu no estas
a mi vera.